la Fuente de los Niños Traviesos (Fuente niños miones)
Casi nadie la conoce por su verdadero nombre, la Fuente de los Niños Traviesos, popularmente llamada “Fuente de los Niños Miones”, se encuentra en el centro histórico de Guadalajara, en el llamado Callejón del Diablo o Paseo Degollado, a pocos metros de la Plaza Tapatía.
Por las reacciones que provoca, este monumento, obra del escultor Jalisciense Miguel Miramontes –autor de muchas de las esculturas más representativas de la ciudad- , es uno de los más gradables para los paseantes que se topan con él, o quienes lo han oído mencionar y acuden especialmente a verlo, pues consta de cuatro esculturas de niños desnudos que arrojan agua desde diferentes partes del cuerpo.
La fuente tiene la forma de un rectángulo, en el que en cada una de sus esquinas cuenta con un “niño mión” tallado en bronce, cada uno en posición diferente.
Lo irónico de esta fuente, es que sólo uno de ellos está orinando (agua), el resto está arrojando el líquido por medio de objetos o de alguna parte del cuerpo, sin embargo los cuatro se ganaron el calificativo.
Además del niño orinando, uno se encuentra arrojando agua por la boca, otro de sus manos y uno más de una tortuga que trae en sus manos. Estos niños se encuentran jugando con el agua, de ahí proviene el nombre y lo que significa: “Esta fuente que representa la alegría de la infancia… forma parte de la plaza tapatía; las cuatro estatuas de los niños jugando con el agua están rodeadas con herrería negra tradicional y fueron colocadas en 1982, junto con la plaza”, se lee en una leyenda colocada por el ayuntamiento.
Pese a que su historia es un tanto sencilla, han surgido diversos mitos alrededor de estos traviesos: Hay quienes cuentan que en realidad se trata de una leyenda, pues al estar cerca del Hospicio Cabañas –que hace unos años sí albergaba a niños-, hubo cuatro niños que se escaparon del hospicio para ir a jugar al río San Juan de Dios -cuando aún era río- que se encuentra a unas cuadras del lugar. Otro mito asegura que originalmente los cuatro niños se encontraban “haciendo pipí”, pero debido a que insultaba la moral de algunos, se optó por modificar las esculturas.
Sólo en una ocasión se modificó una de las esculturas, pero porque fue víctima de la inseguridad: El mes de abril de 2012 un hombre desprendió la escultura del niño mión que expulsa agua de sus manos para venderla a una chatarrería por mil 500 pesos; sin embargo la policía tapatía pudo impedir que fundieran el bronce y desaparecieran la escultura. El niño meón que por el incidente se vio afectado en su integridad física, fue restaurado y colocado nuevamente en su lugar de origen.
La fuente sigue siendo uno de los atractivos más populares de Guadalajara, basta pararse unos minutos en un día transitado para escuchar distintas reacciones de quienes los ven por primera vez, o de quienes ya los conocen, pero les siguen provocando reacciones: “Hay qué cochinos”, “y todos encuerados”, “míralos, están jugando guerritas de pipí”, “dan ganas de ir al baño de verlos”… las risas son la constante, la fotografía imprescindible. Incluso hay quienes imitan la postura de alguno de los niños y capturan la imagen.
Dirección: Calle de Morelos, Zona Centro, 44100 Guadalajara, Jal.